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El 31 de octubre es la celebración de Halloween, la que tiene su origen hace más de 3.000 años, además la palabra “Halloween” es una derivación de Hallowe’en, que es una contracción de “All Hallows' Even” o “All Hollows’ Eve,” que significa, “Víspera de Todos los Santos” (también conocido como Día de los Santos Difuntos o Día de los Fieles Difuntos). El Día de Muertos es la tradición mexicana que cada año tiene ocupado a millones, pero Halloween con el paso del tiempo ha ido desplazando al festejo mexicano… pero hay algo que muchos han notado: los cristianos evangélicos no son parte de ninguno de estos dos festejos.

La celebración del Halloween, tal como la conocemos hoy, no tiene nada que ver con nuestra fiesta cristiana, sino que viene del paganismo. Se piensa que dicha festividad es inofensiva, donde los niños se disfrazan, se divierten comen dulces y pasan un tiempo diferente “algo agradable”, que en teoría, que no le hace ningún mal a nadie; pero tras esto existe una serie de rituales demoníacos que se realizan este día.

En la Palabra de Dios se encuentran las razones para no participar del Día de Halloween:

 

No tenemos un Dios de muertos.

Tenemos un Dios que ha derrotado la muerte y quiere que tengamos vida en abundancia.

“Dios, no es un Dios de muertos; sino de vivos” Lucas 20, 38.

La celebración del Halloween se centra en la muerte. Entonces en lugar de decorar la casa con lápidas y calaveras, mejor con flores y cosas que representan la vida.

 

No complazcas al demonio.

La brujería, los hechizos, astrología y magia son cosas detestables para Dios.

10 No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, 11 ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. 12 Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. 13 Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. 14 Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios. Deuteronomio 18, 10-14.

 

¿A quién crees que le rindes culto con susto, brujería y miedo? ¿Eso es algo bueno o malo?

No te unas a celebraciones mundanas.

El Señor nos da una advertencia a través de San Pablo.

No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas? 15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo? 16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo: Habitaré y andaré entre ellos, Y seré su Dios, Y ellos serán mi pueblo. 2Corintios 6, 14-17.

 

Dios no nos quiere unidos a cosas del mundo.

Buscar a agradar a Dios, solo a Dios.

Las opiniones de los demás no deben ser más importantes que Dios.

10 Pues, ¿busco ahora el favor de los hombres, o el de Dios? ¿O trato de agradar a los hombres? Pues si todavía agradara a los hombres, no sería siervo de Cristo. Gálatas 1:10.

Debemos a agradar a Dios siempre.

 

Dios nos ha dicho en su palabra que no se debe tener miedo.

No debemos tener miedo.

No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10.

Cuando conoces verdaderamente a Dios, su palabra será aliento de vida y de fuerza para vivir sin miedo.

 

Revestirse de Luz

Las Escrituras nos dicen que dejemos de lado las cosas de oscuridad y miedo.

Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. Romanos 13: 11.

La luz no tiene nada en común con las tinieblas.